Busca un entorno sereno y tranquilo para hacer de este proceso un momento especial para ti.
1. Prepara tu espacio
Asegúrate de tener una superficie plana y protegida. Ten a mano todas las herramientas de nuestro kit: 2 potes de resina, pipeta, guantes, espátula para mezclar, la joya final y el material que vas a incorporar en la joyita.
2. Mezcla la resina
Vierte la resina del pote pequeño (etiquetado como 2) en el pote grande (etiquetado como 1) y mézclalas con la espátula durante 2 minutos aproximadamente, con movimientos suaves y envolventes para evitar la formación de burbujas. *En caso de que tu joya final sea un anillo, te recomendamos utilizar una pinza para mantenerlo en *mantenerlo en una posición plana durante el proceso de vertido de la resina y el secado.
3. Incorpora las cenizas, leche materna o el material elegido
Añade cuidadosamente las cenizas o la leche materna a la mezcla de resina. Usa una pequeña cantidad para evitar alterar la consistencia de la resina.
*En el caso de elegir leche materna, usaremos la pipeta. Solamente nos hará falta una "dosis" de la pipeta (aunque no se llene hasta arriba).
Remueve suavemente para distribuir el material de manera uniforme.
4. Vierte la mezcla en la joya
Llena el molde de la joya con la resina final. Hazlo lentamente para evitar burbujas de aire y distribuye la resina de forma uniforme en el molde. Puedes hacerlo nuevamente ayudándote de la pipeta, dejando caer gota a gota suavemente para intentar no excedernos con la resina. Si quieres que la resina sobresalga ligeramente del metal de la joya, añade una gota extra para que se eleve sobre el borde. Si prefieres que quede al ras, aplica la cantidad justa hasta el límite del molde.
5. Deja secar la resina
Deja que la resina se seque completamente entre 24 y 72 horas. Para proteger la superficie de la pieza, puedes colocar un vaso invertido sobre ella, junto con la pinza, para evitar que el polvo caiga y contamine la resina.
6. ¡Listo!
¡Listo! Ahora tienes una joya única y duradera, con un significado especial. Aunque la resina es un material resistente, es importante cuidarla. Evita mojarla, exponerse a golpes, colonias o jabones con químicos. Además, guarda la pieza de forma segura, preferiblemente sola, para protegerla de posibles daños.
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